Aunque no sepamos nada de mecánica, incluso sin gustarnos los coches, seguro que en alguna ocasión hemos oído hablar de la famosa válvula EGR.
¿Qué es una válvula EGR?
Se trata de un elemento anticontaminación. Su labor es recircular parte de los gases que han de salir por el escape hacia la admisión, es decir reintroducir el humo de la combustión de motor en los cilindros para así reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx). Algunos vehículos equipan válvulas EGR con un intercambiador de calor que utiliza refrigerante del motor. La clave de la reducción de los óxidos de nitrógeno es el descenso de temperatura en la cámara de combustión al recircular los gases de escape hacia ella.
Las averías de la EGR son relativamente comunes, especialmente en vehículos diésel que circulan mucho en ciudad y que acostumbran a hacerlo a bajas vueltas. El principal problema es la acumulación de carbonilla en las paredes de la EGR o en las paredes del colector.
Actualmente existen diferentes tipos de EGR por su accionamiento: Neumáticas y electrónicas o una combinación de ambas.