Porque más no siempre significa mejor…
Si te apasiona la competición seguro que sabes que cuanta mayor anchura y menor perfil tenga un neumático, mejor es su rendimiento. Y estás en lo cierto… según la disciplina y la superficie. ¿Te has fijado alguna vez en cómo son los neumáticos que emplea un vehículo del WRC sobre la tierra o la nieve? Son la mejor prueba de que la primera afirmación puede ser completamente falsa si se aplica sobre el terreno equivocado… y trasladar esas conclusiones a la calle sin tener en cuenta otros factores también es un profundo error.
¿Cuál es el mejor ancho?
En condiciones normales y sobre asfalto seco, está claro que un neumático más ancho ofrecerá un mayor agarre por el mero hecho de que tendrá más banda de rodadura en contacto con la calzada. Pero si todo se redujera a una ecuación tan evidente… ¿crees que nos habríamos lanzado a crear este artículo sobre cómo afecta el tamaño de las ruedas a la conducción? Aunque en condiciones ideales se cumple lo dicho, la realidad puede ser bien distinta: ¿qué ocurre cuando la superficie está mojada? ¿Y si tu coche no es demasiado potente?
Si el firme por el que circulas está mojado, un mayor tamaño del neumático en contacto con la carretera tiende a favorecer la aparición del temido aquaplanning, aunque afortunadamente el trabajo de los fabricantes en minimizar este desagradable efecto secundario de la lluvia haya conseguido resultados tremendos en los últimos años. Además, hay que tener en cuenta que, no todos los motores pueden mover con la misma «alegría» todas las ruedas, y montar una cubierta de 245 de ancho a un vehículo de 45 CV no servirá precisamente para mejorar sus prestaciones. Agarrará mucho más, sí, pero fundamentalmente porque no podrás alcanzar una velocidad suficiente como para que las cosas se descontrolen.
Vale, ya tengo clara la anchura… ¿qué medida de llanta monto?
A la hora de elegir la medida de las llantas entra en juego un factor importante: el diámetro total de la rueda. Como sabrás, tu vehículo está diseñado y, sobre todo, homologado para rodar con una circunferencia concreta en el conjunto de llanta y neumático que no puedes alterar a la ligera para evitar modificar demasiado los desarrollos del coche, introducir demasiados errores de lectura en el velocímetro y el cuentakilómetros al igual que no tengas problema al pasar por la ITV.
Ante una medida de referencia y sin modificar el tamaño del neumático en cuanto a su banda de rodadura, el cambio de unas pulgadas a otras en la llanta conllevará el aumento o disminución del perfil de las cubiertas que tiene distintos efectos: sobre asfalto seco un perfil más pequeño mejora las reacciones del coche, que se vuelve más afilado y obedece mejor las órdenes dadas con el volante… menoscabando bastante el confort a bordo. Como ya deberías saber, el propio neumático actúa como una especie de amortiguador de todo cuanto sienten las ruedas, y reducir su tamaño influye directamente en la cantidad de irregularidades del firme que serán transmitidas al habitáculo del coche.
Sobre mojado, tener un mayor perfil aumenta el rendimiento del coche al disponer de una mayor capacidad para mantener el contacto con la superficie incluso en apoyo donde el neumático se deforma con arreglo a la masa del vehículo, pero las sensaciones son mucho peores que con medidas más generosas. Lógicamente, y como en tu día a día no irás con un cronómetro en la mano midiendo los tiempos que haces de camino al trabajo, lo más razonable es elegir una medida que ofrezca un desempeño satisfactorio sin que merme en demasía las sensaciones al volante.