Muchos son los conductores que deciden pasar por el taller antes de llevar su vehículo a la Inspección Técnica de Vehículos (ITV).
Los servicios pre-ITV han crecido de forma exponencial. La confianza cada vez mayor de los conductores en que esta revisión previa sea realizada por un profesional que verifique un resultado posiblemente satisfactorio.
En algunos talleres se pueden encargar incluso de pasar la ITV en lugar del conductor. Un profesional se encarga de su revisión y de esta inspección, incluyendo la entrega y recogida del vehículo en el domicilio.
Casi 5 de cada 10 vehículos no pasa la ITV en el plazo que les corresponde. Estos vehículos pueden no estar en las mejores condiciones de seguridad. Pasar la ITV es un acto de responsabilidad para el conductor y para el resto de conductores.
El fallo más común cuando realizan las revisiones antes de pasar la ITV son problemas con el alumbrado y señalización, bombillas fundidas, intermitentes que no funcionan, ajuste incorrecto del alumbrado,… Son fallos que pueden ser catalogados como «graves» según qué casos. Puede ser causa de calificación técnica desfavorable cuando se habla, por ejemplo, de una luz que ilumina más alto de lo normal y que puede deslumbrar al resto de conductores.
Otro fallo común son problemas con la suspensión, neumáticos y dirección. También hay un número elevado de problemas con las emisiones contaminantes, sobrepasando los límites establecidos y, por último, fallos con los frenos, este último es especialmente importante, ya que hablamos de seguridad.
Tener una ITV desfavorable supone que haya que reparar los defectos graves que se han localizado. Se puede llevar el coche al taller para solucionarlos y si en la ITV el técnico competente da resultado negativo, el vehículo debe ser remolcado en grúa hasta el taller para su reparación ya que el automóvil no está en condiciones para seguir circulando con seguridad.