El intenso calor de estos días puede pasar factura al vehículo.
Las elevadas temperaturas hacen que el vehículo sea más vulnerable y sensible a las averías. Entre las principales se encuentran, en primer lugar, las relacionadas con el aire acondicionado. En algunos casos, a veces será necesario llevar a cabo una simple recarga del gas del sistema, pero un uso incorrecto puede llevar también a un desgaste de los conductos, provocando una rotura de filtros o del compresor, obstrucción de filtros, …
En segundo lugar, el motor es otro de los grandes afectados. Aquí es posible encontrar dos posibles responsables de los llamados «calentones»: el termostato y el electroventilador. Si el funcionamiento de estos no es el correcto o se rompen pueden llevar a un sobrecalentamiento del motor.
Por otro lado, la válvula EGR también puede verse comprometida debido al calor. En verano aumenta la cantidad de partículas suspendidas en el aire que pueden acabar rompiendo la válvula por acumulación de residuos sobre su solenoide o pulmón.
Asimismo, el elevalunas puede verse afectado en época estival al disparar su uso después de no haberse utilizado en invierno. Aquí puede romperse desde el motor, que lo hace subir y bajar, al mecanismo que transmite ese movimiento.
Otros elementos que pueden verse afectados en verano, son la batería, desgastes en neumáticos y posibles pinchazos entre otros. Para cuya prevención se recomienda realizar una revisión visual antes de viajar.