Comprobar el correcto funcionamiento de las luces puede evitar accidentes.
La circulación nocturna suele presentar algunos riesgos debido a que la visión del conductor es inferior y la agudeza y el campo visual disminuyen, pese a la iluminación de la que disponga el vehículo.
El sistema de iluminación es uno de los elementos de seguridad más importante. Se recomienda revisar periódicamente estos dispositivos, comprobar que funcionan todas las luces del coche incluidos los intermitentes, puede evitar accidentes.
Se recomienda valorar a la hora de adquirir un coche nuevo, las mejoras en seguridad que ofrecen los sistemas de iluminación, como los faros con tecnología xenón, LED, adaptativos, matriciales, etc.
Para una conducción segura siempre se deben aplicar cuatro premisas que cobran especial importancia al conducir de noche: atención, adaptación, anticipación y vigilancia.
Así, se incide en que hay que adaptar la velocidad a la visibilidad disponible y no pretender ver más allá del campo de visión que nos ofrecen los faros del vehículo, ya que puede provocar una fatiga adicional que reduce la atención y origina situaciones de peligro.
Además, deben emplearse las luces largas o cortas, de acuerdo con lo que requiera cada situación, y evitar los deslumbramientos. En el caso de que estos se produzcan, se debe mantener la trayectoria del vehículo y reducir la velocidad. Si persiste, nos podemos guiar por la línea blanca que delimita la parte derecha del carril y seguir reduciendo la velocidad hasta llegar a detenerse.
Hay que tener en cuenta el peligro de deslumbramiento de las luces interiores, por lo que recomienda reducir su intensidad ( consola central, navegador, cuadro de instrumentos, …)