En 2016, los conductores se confundieron más de 50.000 veces en el momento de repostar.
Este tipo de confusión encabeza una lista de averías frecuentes, es «muy común, especialmente cuando el conductor cuenta con dos vehículos o utiliza un coche de empresa».
El arreglo de este fallo supone un coste de unos 400 euros, ya que implica la limpieza del depósito, los conductos, el cambio de combustible y los filtros.
El segundo error más común de esta lista es el de hacer caso omiso a los testigos luminosos. Así, el 20% de las visitas al taller se corresponden a fallos provocados por esta mala práctica.
Le sigue no realizar las revisiones y los mantenimientos estipulados por el fabricante. Según una encuesta publicada el año pasado, el 55% de los conductores no hacen estas revisiones periódicas por el coste que suponen.