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Los riesgos de conducir con neumáticos desgastados en verano

Los neumáticos son una pieza vital.

Para que los viajes sean seguros, cómodos e incluso más económicos. El desgaste de la goma del neumático, la banda de rodadura o dibujo es un elemento clave para garantizar la seguridad.

Conducir con los neumáticos desgastados no es un aspecto que se deba pasar por alto y menos aún en fechas especialmente comprometidas como los periodos vacacionales. Es el caso de los meses de verano, durante los que el coche recorre largas distancias y se producen al mismo tiempo millones de desplazamientos por carretera. El desgaste de la goma del neumático, la banda de rodadura o dibujo es un elemento clave.

En invierno, se le suele prestar mucha atención porque la mayoría de los conductores tiene claro que el estado del neumático determina la capacidad de reacción del vehículo frente a las malas condiciones climatológicas, pero en verano la gente se relaja y olvida los riesgos de conducir con los neumáticos desgastados.

Es fundamental comprobar la presión y la alineación de las ruedas, asegurarse de que la carcasa no tenga bultos ni grietas y, por supuesto, comprobar el punto de desgaste de la banda de rodadura, que jamás debería ser inferior a 1,6 mm.

Principales riesgos de conducir con neumáticos desgastados en verano:

  • Se suelen recorrer largas distancias, lo que exige un esfuerzo mayor y más constante de los neumáticos. Si están en buenas condiciones, resisten mejor los pinchazos o los frenazos bruscos.
  • El asfalto, en la mayoría del territorio español, alcanza temperaturas muy elevadas, que inciden directamente en la resistencia de la goma de los neumáticos, que llega a soportar hasta 10 grados más de la temperatura ambiente.
  • En tipo de conducción con tráfico intenso da lugar a situaciones inesperadas que requieren una gran capacidad de agarre y de frenada. Si necesitamos frenar a fondo y no llevamos una banda de rodadura sana, veremos cómo perdemos adherencia de forma progresiva.
  • No estamos libres de ser sorprendidos por una tormenta de verano. Si a una mala presión de los neumáticos le sumamos un dibujo desgastado, el resultado puede ser el aquaplaning.
  • La profundidad de la banda de rodadura también repercute en el gasto de combustible porque determina la resistencia de los neumáticos sobre el asfalto, que si es mayor hace que el coche consuma más durante el trayecto.
  • Por debajo el mínimo legal de 1,6 mm, la multa puede alcanzar los 200 euros por neumático e incluso si están en pésimas condiciones las fuerzas de seguridad nos pueden inmovilizar el vehículo. En todo caso, lo recomendable es no llegar a los 1,6 mm y sustituirlos cuando empiezan a estar por debajo de los 3 mm, y con más razón si además tenemos planeado viajar.

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