La suspensión neumática es un circuito de aire comprimido completamente cerrado y estanco. Mediante este sistema se compaginan dos conceptos que, en teoría, parecen incompatibles: seguridad y confort.
Conforme el coche va tomando velocidad, la suspensión baja y nos agarra a la carretera. Al unísono, la carrocería se adapta a distintas alturas según la marcha o la suspensión y amortiguación según los diferentes tipos de terrenos y vías. La principal cualidad de una suspensión neumática es que es capaz de absorber con gran efectividad todo tipo de irregularidades, creando una sensación de gran comodidad tanto al volante como para los pasajeros. Todo este ciclo se resume en una finalidad constante, la altura entre el bastidor del vehículo y la carretera siempre es la misma, siendo el fuelle de suspensión el principal actor del sistema.
Hoy en día, numerosos constructores de automóviles recurren a la suspensión neumática. Permitiendo una conducción mucho más suave.