¿En qué consiste?
El AdBlue es esencialmente un aditivo y como tal requiere un sistema que lo suministre y haga uso de él. Este aditivo no se mezcla con el carburante sino en un cilindro situado a la salida de los gases de escape junto con otros catalizadores (o integrados en estos) y el filtro de partículas. En este dispositivo el AdBlue se pulveriza para lograr un proceso químico por el cual los gases a altas temperaturas provocan que genere amoniaco y este descomponga las moléculas de NOx () en Nitrógeno y agua, que lógicamente son menos nocivos para la salud y el medio ambiente ajustándose a las Normas Europeas contra Contaminación.
Mantenimiento y cuidados
No requiere de hábitos especiales en nuestra conducción, pero evidentemente este aditivo se agota y necesita reponerse en el deposito diseñado para tal fin que generalmente está cerca del orificio de llenado de combustible o en el maletero del vehículo.
La propia marca debería informar sobre los periodos de recarga, que en muchos casos corresponde con los periodos de mantenimiento del vehículo, es decir con los cambios de aceite, filtros y revisiones periódicas.
Todo vehículo que utilice AdBlue debe incorporar un sensor que detecte que el aditivo está llegando a su fin y nos avise para hacer la conveniente recarga antes de que se agote, ya que si esto sucediera, nuestro vehículo entraría en modo fallo y dependiendo del fabricante podría una vez parado el vehículo, no volver a arrancar ya que no cumpliría con las especificaciones con las cuales fue homologado.