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Tareas básicas para mantener un neumático sano, rentable y seguro

Tras las vacaciones y de cara a la actual temporada de lluvias, te dejamos una serie de consejos.

Todo los conductores debemos comprometernos para lograr una mayor rentabilidad en los neumáticos de nuestro vehículo y, sobre todo, para que mantengan lo más posible su capacidad de frenada, estabilidad, adherencia y amortiguación. Se trata de aprovechar al máximo la vida útil de estos elementos tan importantes.

A la hora de elegir el neumático correcto, hay que dejarse aconsejar por un profesional porque la oferta es muy amplia y la decisión debe tomarse de acuerdo a la carga habitual, tipo de conducción, clima, tipo de superficies y otros detalles que muchas veces se les escapa a los conductores. También es una cuestión de seguridad, sobre todo tras los intensos desplazamientos de vacaciones y frente a la actual temporada de lluvias.

Presión de neumáticos.

Comprobar la presión siguiendo las indicaciones del fabricante, lo que servirá para lograr la mayor eficacia y menor desgaste. No obstante, tener siempre en cuenta las peculiaridades según el uso que se haga de los neumáticos. Por ejemplo, en los viajes, antes y después, revisión obligada,…

Banda de rodadura.

Comprobar la profundidad y que no haya un desgaste irregular en las ruedas, lo que casi seguro se deba a un desajuste en el equilibrado o la alineación.

Rueda de repuesto.

Asegurarse de que está sana, puede sacar de un gran apuro al conductor. Algunos automóviles ya no la llevan y en su lugar cuentan con un kit antipinchazos, el cual también debe ser revisado. Cuando el coche tiene neumáticos run-flat, para rodar sin presión de inflado, hay que recordar que es una tecnología concebida para circular un máximo de 80 kilómetros, a velocidad máxima de 80 km/h.

Conducción prudente.

Conduciendo suavemente, se logrará un mejor comportamiento del vehículo ante imprevistos y, además, los neumáticos durarán más tiempo en buen estado. Si se circula por pavimentos dañados, con muchos baches, o caminos rurales, se deben extremar las precauciones para reducir los daños que puedan causar la tierra, las piedras u otros elementos cortantes inesperados.

Bordillos.

Atención a los «bordillazos», pueden provocar daños muy serios en las gomas. La carcasa del neumático es la que más sufre, con roturas, grietas o roces profundos.

Neumáticos con poco uso.

Si se utiliza el coche en pocas ocasiones y sólo se recurre a él cuando se considera imprescindible, hay que tener en cuenta que conviene hacerlo rodar varias veces al mes, para no cargar siempre sobre la misma parte del neumático.

Caducidad del neumático.

Los neumáticos no tienen fecha oficial de caducidad, la revisión visual de un profesional es el mejor indicador para saber si se debe o no proceder a cambiarlos.

Asesoramiento profesional.

Tener siempre en la guantera/cartera el contacto del taller de confianza, quien siempre será el mejor asesor sobre las necesidades de los neumáticos. Además, conviene que un profesional inspeccione el coche periódicamente también, ya que será quien mejor detecte vicios ocultos o las razones de un comportamiento extraño.

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