Elementos a controlar con un calor excesivo.
En plena ola de calor, tener el vehículo en perfectas condiciones es de vital importancia para realizar con seguridad todos los desplazamientos que se efectúan durante los meses de verano.
Neumáticos:
Un exceso de calor en los neumáticos, sumado a un asfalto muy caliente, puede llegar a provocar un desgaste prematuro. Revisar presiones y estado de neumáticos.
Sistema de refrigeración:
Se puede producir un recalentamiento excesivo y, por lo tanto, rotura del motor. Hay que tener en cuenta que el líquido pierde sus propiedades. Lo ideal es cambiarlo cada 2 o 4 años.
Liquido del limpia parabrisas:
No afecta directamente al estado del vehículo, pero sí a la seguridad: mosquitos en el limpiaparabrisas, arena si se estaciona en zona de playa, barro en tormentas propias de los meses de verano…
Aire acondicionado:
Si no se ha usado durante todo el año, puede haber alguna sorpresa si se pone en marcha. Su falta de uso hace que falle y puede ser necesario una recarga del aire acondicionado. Asimismo, también puede surgir que haya un olor desagradable en el vehículo. Esto se debe a las bacterias que se han ido acumulando en los conductos.
Temperatura que hay dentro del habitáculo:
Controlar la temperatura del habitáculo para que los diferentes materiales no se vean deteriorados por el calor excesivo. Esto se puede conseguir, por ejemplo, con el uso de un parasol o cortinillas.
¡Cierto! No somos los únicos que sufrimos la ola de calor, nuestros coches también las pasan canutas. 20 grados más en el interior del capó que en la calle, no suena nada agradable, ¿eh? Jajaja