El fenómeno » camper » está de moda.
Con un mantenimiento muy similar al de los vehículos ligeros, incorporan elementos a los que hay que prestar especial atención. Arrancar el vehículo y moverlo atrás y adelante durante unos pocos metros con cierta periodicidad hará que la cubierta recupere la forma y la presión ejercida por su peso se haga en un punto distinto. Igualmente, vigilar la presión de las ruedas es vital y se recomienda revisar, al menos, una vez al mes los neumáticos en frío al igual que cerciorarse del estado y desgaste. Si el dibujo está muy desgastado o la goma está agrietada, habrá que cambiar las gomas de forma inminente.
Es altamente recomendable optar por neumáticos especiales desarrollados para camper o vehículos para transportar cargas pesadas. Al tener reforzados los flancos, son más resistentes.
Por otro lado, estos vehículos suelen realizar rutas en zonas de costa o de montaña con la presencia de vegetación, tierra, polvo y humedad, elementos que afectan al filtro del habitáculo. La suciedad puede colarse en el interior restando eficacia al sistema y generando una atmósfera difícil para conductor y acompañantes, de ahí la necesidad de un mantenimiento regular. Sucede lo mismo con el filtro del aire del motor. Si este se satura, deforma o rompe, el rendimiento del motor se verá comprometido, derivando en un mayor consumo de combustible e, incluso, en averías.
Se recomienda realizar el cambio de aceite en el momento indicado, llevar el nivel correcto de todos los líquidos, mantener correctamente el estado de las luces y tener el sistema de suspensión en perfecto estado, prestar atención a los frenos.
Igualmente, si se dispone de instalación de gas, es importante conocer que es obligatorio realizar una revisión por un técnico cualificado al menos una vez cada cuatro años.