Una centralita que elige la marcha adecuada por ti, y transmisiones que consumen menos. Te contamos por qué te conviene despedirte del pedal de embrague.
Aunque te consideres un hacha, hay dispositivos que son más inteligentes que tú a la hora de elegir la marcha más adecuada para tu vehículo. Si vives pegado a la palanca de cambios y no sabes cómo ahorrar más combustible, este artículo sobre cajas de cambios automáticas te vendrá de perlas.
Lo cierto es que el mercado de vehículos, evoluciona cada vez más rápido en su tendencia hacia cajas donde el cambio de marchas lo efectúa una centralita. No es que haya un complot global para eliminar las tradicionales, más bien se trata de una ayuda más para ganar la guerra que los fabricantes de coches han declarado al consumo de carburante.
El hecho es que los cambios de marcha manuales no se realizan en el momento óptimo, sino que somos los conductores quienes lo decidimos y, desengañémonos, no lo hacemos adecuadamente. Por eso, los avances tratan de evitar que sea el conductor quien tome esa decisión para reducir el consumo de combustible.
Romper mitos
En el pasado, las cajas de cambios automáticas eran consideradas unas despilfarradoras de carburante. Actualmente esto no es así. Es más, estas cajas ayudan a ahorrar. Para conseguirlo, es imprescindible su correcto uso por parte del conductor, pero también un mantenimiento adecuado porque, tal y como sospechabas, a estos dispositivos también hay que cambiarles el aceite cuando indica el fabricante.
Las cajas de cambios automáticas deciden por sí mismas la relación de cambio, en función de los datos que recogen sobre el modo en que se mueve el vehículo. Una centralita elige la marcha más adecuada en cada momento, con lo que se optimiza el funcionamiento del motor y de la transmisión. Con su desarrollo enfocado a la máxima eficiencia, los fabricantes contribuyen a su objetivo de reducir el consumo del vehículo.
Además, los constantes avances tecnológicos en este campo permiten recortar el consumo de energía de las transmisiones automáticas el 10% respecto a las manuales. Por todo ello, actualmente la cuota de producción de cajas automáticas o automatizadas es del 50%, con un desarrollo del mercado muy significativo en países como Estados Unidos, Japón y Corea del Sur.
Tipos de cajas automáticas
Cajas de cambio manuales automatizadas:
Se trata de las cajas manuales de toda la vida, que incorporan un cambio automatizado (AMT). También se conocen como CMP (cambio manual pilotado). Se pueden encontrar en Alfa Romeo (Selespeed), Audi R8 (R-Tronic), BMW (SMG), Citroën/Peugeot (CMP), Fiat (Duallogic), Lancia (DFN) u Opel (Easytronic), entre otros. Estas cajas emplean el aceite de una manual, aunque para el apartado del cambio automático se requieren otros productos.
Cajas de cambios automáticas (AT):
Se refiere a las cajas automáticas tradicionales, con un convertidor de par y un sistema de engranajes epicicloidales. Una centralita utiliza un sistema hidráulico para cambiar automáticamente la marcha. Estas cajas requieren lubricantes específicos, en función de su fabricante, tipo Dexron o Mercon entre otros, que deben sustituirse cada 60.000 km aproximadamente. Cuentan con cuatro, seis, ocho o más velocidades.
Cajas CVT (de transmisión continua variable):
Consisten en dos poleas unidas con una correa, lo que produce la transmisión continua, con un variador hidráulico que permite cambiar la velocidad de giro y el diámetro de las poleas. Se utiliza en Audi (Multitronic S), Jeep y Dodge (Aut. Shift), Mitsubishi (6S-CVT), Subaru (E5-AT Sportshift) o Mercedes (Autotronic), entre otros. Los aceites que se deben utilizar son específicos en función de la caja.
DCT, transmisión de doble embrague:
Se podría definir como dos cajas de cambio manuales, de las cuales una se encarga de las marchas pares y la otra, de las impares. Dos embragues deciden qué eje entra en funcionamiento, mientras que la centralita controla el funcionamiento de los embragues y la marcha. Entre los constructores que la utilizan se encuentran el Grupo Volkswagen (DSG), BMW (DKG), Ford (Powershift), Nissan (e-ATTESA), Volvo (Powershift) o Porsche (PDK). Existen cajas DCT de embrague húmedo o seco, en función de si estos elementos van bañados en aceite o no. La más extendida es la primera, que requiere un aceite especial y no permite emplear lubricantes para cajas manuales.