A principios de la década de los 90, empezaron a aparecer una serie de tecnologías en los motores diésel para obtener una gran relación entre prestaciones y consumos, convirtiéndose en la opción preferida de muchos conductores.
«TDI» significa Turbo Direct Injection ( turbo inyección directa ).
Los motores TDI tienen una cámara de combustión más pequeña sobre la cabeza del pistón, gracias a ello, se escapa menos calor por las paredes de los cilindros y, por tanto, se pierde menos energía. En consecuencia, genera un menor consumo y proporciona un rendimiento mayor.
Uno de los problemas más comunes en todos los motores diésel es el arranque en frío, sin embargo, los motores TDI facilitan este arranque, haciéndolo mucho más eficiente.
Las principales ventajas de los motores «TDI» son:
Alta eficiencia y mejor rendimiento.
Estos motores destacan por su elevada economía, ahorro de consumo, largos intervalos entre mantenimientos, además de las bajas emisiones que reducen los costes a un nivel inferior.
Conducción mejorada.
Alcanzan su potencia óptima a bajas revoluciones. Esto hace que la conducción mejore y logre unos valores de aceleración excelentes.
Más potencia, menos consumo.
Cuentan con un par motor elevado en un régimen de revoluciones muy amplio y además responde con una excelente potencia máxima y un consumo contenido.